Jugando a cosicas (LXXXVI). Three Kigndoms Redux.

Hola a todos, tal como prometimos vamos a ver si podemos ponernos al día con el blog en este pequeño respiro de la campaña de promoción de Walking on the Moon. Hoy volvemos a las reseñas y os traigo un juegazo que ya he probado unas cuantas veces y que a pesar de todos los hándicaps que tiene el juego, que no son pocos, me parece una auténtica joya. Poneos el gorro de historiador porque viajamos a la antigua china.
Three Kigndoms Redux: Puntuación (8,5)
Christina Ng Zhen Wei, Yeo Keng Leong
3 jugadores (si, 3 y solo 3)
180 min.
Como ya habréis supuesto, si sois aficionados a la cultura oriental, el juego se basa en la época histórica previa a la unificación de China en el 280 dC. Si no, puede que os suene ‘El romance de los 3 Reinos’, novela histórica de la que han surgido cientos de juegos, videojuegos, mangas y películas chinas. Os hago un resumen rápido, un montón de chinos se parten la pana para hacerse con el poder y unificar China.

Three Kigndoms Redux es un juego de colocación de trabajadores y pujas donde los distintos generales de los jugadores (los trabajadores) competirán por ocupar las zonas del tablero que nos permitirán desarrollar nuestro reino, reclutar y armar soldados, recabar apoyo popular, conseguir recursos o ganarnos el favor del emperador y ascender en la corte imperial. La partida se gana por puntos de victoria y estos se obtienen de muchas maneras; desarrollando económicamente nuestro reino, construyendo edificios, conquistando territorios, ascendiendo en la corte… Todo un aluvión de posibilidades que nos dará más de un quebradero de cabeza.

Cada jugador debe hacer crecer su reino construyendo granjas y mercados, pacificando a las tribus de su zona y desarrollando estructuras avanzadas en forma de cartas (foto BGG).
La zona central del tablero con la Ciudad Imperial donde se llevan a cabo las acciones de gestión (foto BGG).

Durante la partida los jugadores colocan a sus generales (trabajadores) en las acciones a realizar y estos compiten con su fuerza militar o diplomática, según la acción, el jugador que más fuerza haya puesto en la acción es el que la ejecuta, dejando al resto de trabajadores rivales sin actuar.
Además de estas acciones comunes del tablero central, también enviaremos a nuestros generales a conquistar las provincias en disputa con los otros dos jugadores. De nuevo tendremos una competición de fuerza militar donde sumaremos nuestras tropas, otros generales que enviemos a apoyar la campaña, etc… El problema de las conquistas es que debemos dejar tropas acantonadas en ellas y mantenerlas y que el general que mandemos a la guerra se retira del juego como gobernador, dejándonos con un trabajador menos para el resto de la partida. Aunque a cambio nos reportarán puntos de victoria cada turno y si hemos atacado con el tipo de tropas adecuadas al territorio; ballesteros, lanceros, caballería o barcos, obtendremos puntos de victoria extra.

Cada jugador tiene dos zonas fronterizas para zurrarse con sus rivales (foto BGG).

Por último, nuestros generales/trabajadores son todos personajes individuales, con sus atributos personalizados en diplomacia y militar, que los harán más aptos para pujar por unas acciones u otras y con una habilidad especial que debemos explotar al máximo si queremos alzarnos con la victoria.

Los generales de cada jugador son personajes individuales con sus características y habilidades únicas (foto BGG).

Una de las cosas que más me gusta del juego es la asimetría con la que empieza la partida, uno de los jugadores empieza con más fuerza que los otros dos para reflejar correctamente el momento histórico del juego. El juego incluye una regla de alianzas que permite que los otros dos jugadores compartan un espacio de acción, unidos contra el jugador más fuerte. Esta regla tan simple da un juego enorme, negociando con el que en realidad es tu rival sobre que casilla vais a compartir.

Es muy difícil para el jugador en cabeza arrebatar la casilla de acción a los generales aliados (foto BGG).

El juego me parece una maravilla, tanto por el equilibrio que presenta como por la complejidad que esconde detrás de un puñado de acciones, pero tiene una serie de hándicaps que puede que te hagan desistir del juego.
El primero y más importante es el número de jugadores. Three Kingdoms Redux es un juego para tres jugadores ni uno más, ni uno menos… sin duda eso puede suponer un problema a la hora de salir a la mesa.
El segundo problema es la redacción de las reglas, engorrosa y con una redacción que te va a obliga a leerte un par de veces algunas partes para asegurarte que lo estáis haciendo todo bien.
Por último, se hubieran agradecido unos números en las fichas de los generales, que solo tienen el nombre de los mismos. Sé que puede sonar un poco racista, pero tienes un puñado de fichas con Shin, Sheis, Shus y demás nombres chinos que para un occidental suenan muy parecidos, siendo la fase de reclutamiento toda una aventura mientras buscas entre los cartones donde está el maldito Huang.
A pesar de estos pequeños inconvenientes, el juego merece la pena si eres aficionado a los juegos con chicha y crees que vas a poder sacarlo a la mesa con la suficiente asiduidad. Te gustará si te va la temática china y te gustan los juegos de gestión donde debes controlar varios frentes simultáneamente.

Todo un juegazo de los que llenan la mesa de cartón, como nos gusta (foto BGG).
STATS
DIVERSIÓN; 8, magnífico equilibro entre la gestión de acciones, la estrategia a largo plazo de tus comandantes y un trepidante final de esos que no tienes muy claro cuándo va a llegar.
DIFICULTAD; 7, el juego puede hacerse algo árido para los menos jugones.
FRIKEZ; 6, lo que cualquier juego histórico más un puntito más por la complejidad.
Link a Three Kignsdoms Redux en la Board Game Geek.
Nos vemos la semana que viene antes de que empiece de nuevo con el Astronau-tour, recordad que podéis seguir el blog en facebook, Google+, twitter e Instagram.

Jugando a cosicas (XXXI). Reseña de At the gates of Loyang.

Buenas a todos, hoy recojo una reseña que hacía tiempo que quería escribir. Un juego que llegó a mi colección hace ya unos años y que desgraciadamente no he podido jugar tanto como quisiera.

At the gates of Loyang: Puntuación (8)

Pues estamos ante el tercero y menos conocido de los juegos de cosecha de Uwe, después del Agrícola y el Le Havre, este juego nos pone en el pellejo de unos agricultores chinos que tratarán de satisfacer la demanda del mercado a base de nabos, remolachas y judías, mientras avanzan por el duro camino hacia la prosperidad.

El Loyang (vamos a recortar un poco el nombre) es un juego curioso, tanto por su planteamiento, como por sus mecánicas. Para empezar, es un solitario. Aunque se anuncie para 1-4 jugadores, la experiencia más satisfactoria se obtiene en las partidas para 2 (para 4 es exactamente igual pero más largo y engorroso) y en estas partidas a 2, la interacción entre los jugadores es mínima. Pero lo cierto, es que lejos de hacerlo un mal juego, crea una gran tensión mientras tratas de superar la puntuación del contrario y lo puteas de vez en cuando con alguna carta especial.

Es un juego puro de gestión de recursos
, nada de trabajadores en esta entrega, aquí el único que curra es nuestro sufrido granjero. Los jugadores tienen un mini-tablero en forma de ‘T’ donde se encuentra el contador de puntos de victoria y el mercado de verduras (donde en un alarde de realismo, nos venden semillas a precio de oro y prácticamente regalamos nuestros productos) y alrededor del cual se disponen las cartas que van dando forma a nuestra aventura agraria.

Sobre el tablero iremos colocando campos de cultivo (a razón de uno por turno de un mazo propio de cada jugador que incluye 8 campos de cultivo) en los que plantaremos las semillas que compremos, cambiemos o recolectemos y con las que trataremos de suplir a los clientes que vendrán a nuestra granja (estos sí que nos pagarán una buena cantidad de dinero por nuestros vegetales). Los campos de cultivo no son todos iguales y las verduras más cotizadas solo pueden plantarse en algunos de los campos. Además, tenemos un carro (una suerte de almacén temporal) y un almacén donde guardar los excedentes de un turno a otro.

El juego en proceso,  con los campos de cultivo al fondo, nuestro granjero avanzando por el contador de PV y a los lados cartas de clientes y mercaderes (foto BGG).

Cada turno, se roban cartas de un mazo común y se crea una suerte de subasta por descarte en el que los jugadores van tirando cartas a un pool común, hasta que un jugador ve una carta en mesa que le gusta y decide jugar. Entonces se juega una carta de la mano y una de la mesa (obligatoriamente) y el otro jugador, debe entonces hacer lo mismo. Estas cartas son de varios tipos, incluyen clientes (que compran nuestros productos) que pueden ser fijos (hay que serviles durante varios turnos y generan una importante presión al obligarte a producir o comprar las verduras que piden) o esporádicos (estos son más fáciles de manejar, pero dan menos dinero), puestos de mercado, donde podemos trocar unas verduras por otras (ya sea para venderlas o para plantar), ayudantes (cartas especiales con sus propias reglas que nos permiten intercambiar cartas entre los tableros, evitar que los clientes se enfaden si no les damos lo que quieren, o incluso robarle clientes al contrario) y campos extra que pueden usarse para ampliar la granja.

Los clientes fijos aumentan nuestros ingresos, pero pueden enfadarse y costarnos dinero si no les servimos a tiempo. Fu Manchú está ya bastante enfadado (foto BGG).
Las cartas de ayudantes traducidas por un amable miembro de la BGG (foto BGG).

Con todo esto se genera un caos de compro, vendo, amplio los campos y planto unas remolachas por aquí, que nos lleva como objetivo final a recoger dinero y comprar puntos de victoria (avanzar en el camino de la prosperidad). Si, los puntos de victoria se compran y tienen un coste exponencial, es una de las cosas más entretenidas, de repente tienes un montón de pasta con la que podrías comprar semillas y arreglar la granja, pero tu amada y pija esposa quiere un estanque lleno de carpas doradas y un oso panda… ale a gastarse 14 moneditas en subir un escalón en la tabla.

¿Puntos negativos? Pues lo cierto es que varios. El aire, una caja enoooorme (como la del Agrícola), que tras abrirla te quedas mirando en plan ‘me faltan componentes, debe estar defectuoso’, mientras coges los mini-tableros que parecen restos de destroquelar… Afortunadamente, el juego te quita rápidamente esa sensación de desasosiego (aunque mi estantería agradecería una caja con la mitad de grosor y un jodido tray para meter las cartas y las verduras).

El tablero parece un resto de fábrica (foto BGG… si esta semana no tengo la cámara de fotos…).

El otro handicap, como ya hemos comentado, es el número de jugadores y la poca interacción entre ellos, que puede echar para atrás a más de uno (al final estás comprando un juego para 2 jugadores).

Mi veredicto final, es que es un juego excelente (también es cierto que los juegos de agricultores me encantan) y una compra obligatoria para aquellos que buscan títulos para dos jugadores. El juego es magnífico si no te importa tener que hacer cuentas, porque te faltan dedos cada turno mientras tratas de cuadrar las compras, ventas y excedentes.

Por cierto, el juego puede jugarse gratuitamente online en la web de Yucata (aunque en esta web se suele jugar por turnos de esos que te conectas de un día a otro, así que quizás no sea la mejor opción para hacerse una idea del juego), algún día de estos dedicaré una o dos entradas a estos portales.

STATS
COMPLEJIDAD: 5, el juego es en realidad muy fácil, pero las reglas son muy engorrosas, es de esos que te los explican en cinco minutos pero te pasas una hora leyendo reglas como te toque aprender solo.
DIVERSIÓN: 8 ¡Ay rubio los malacatones! ¡Que me los quitan de la maaaanos! (soy un yonki de los juegos de granjas desde el SimFarm del ordenador).
FRIKEZ: 4, el tema es apto para todos los públicos, pero el juego no es fácil de dominar para gente que solo ha jugado al parchís o el trivial.

Links de At the gates of Loyang en Board Game Geek y Mesa de Juegos.

La semana que viene son las Jesta y me plantaré allí con el saco de dormir y Cats (mi libro, yo he venido a hablar de mi libro), así que me da que no habrá entrada en el blog (pero para la siguiente si nada lo impide, tendremos especial jornadas).

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